¿Cómo afecta el sueño a nuestra salud y a nuestra piel?
“Vivir, dormir…tal vez soñar..”
A todos nos resuena este maravilloso fragmento del “Hamlet” de Shakespeare en su inigualable reflexión existencialista sobre el “ser o no ser”. Hoy yo me he permitido adaptarla un poco para dar entrada a la mía propia..
Y es que nuestro sueño, ese acto maravillosamente regenerador que sucede cada día de forma automática e inconsciente, es fundamental para garantizar una vida saludable a nivel físico y mental. Y lamentablemente es una de las funciones fisiológicas que más está sufriendo el impacto de nuestro estilo de vida actual, dominado por las prisas, el estrés, la sobrecarga de trabajo y de emociones/patrones tóxicos no resueltos.
La falta de sueño de calidad se ha convertido en un auténtico problema de salud pública en los últimos años. El sueño insuficiente o de mala calidad es en sí mismo un estresor crónico de primer nivel, asociándose a un aumento en el riesgo de padecer obesidad, hipertensión, diabetes mellitus, depresión, enfermedades inflamatorias crónicas, y cáncer. Además, se asocia a un aumento de la mortalidad y una baja calidad de vida.
Y no es de extrañar pues el sueño es importante para el correcto funcionamiento de múltiples órganos y sistemas fisiológicos, puesto que se encarga de:
- Restablecer almacenes de energía celular.
- Restaurar la homeostasis de sistema nervioso central y del resto de los tejidos.
- El sueño tiene un papel importante sobre los procesos de aprendizaje y memoria.
- Durante el sueño se tratan asuntos emocionales reprimidos.
El proceso mediante el cual la falta de sueño afecta los procesos cognitivos no se conoce exactamente, aunque se ha sugerido que las hormonas de estrés que se secretan como consecuencia del mismo pueden afectar la fisiología neuronal y contribuir así al deterioro de las funciones cognitivas.
Recientemente también se ha demostrado que incluso periodos cortos de falta de sueño (< 24 h) afectan significativamente la neurogénesis (la formación de neuronas maduras a partir de células precursoras en el cerebro adulto) a nivel de giro dentado del hipocampo.
¿Y qué relación hay entre el sueño insuficiente y la piel?
Afectación del sistema inmunitario local de la piel.
Estudios recientes sugieren que el sueño insuficiente o de mala calidad crónicamente puede generar alteraciones en la respuesta inmunitaria local y de la correcta función barrera de la piel. La suplementación con aminoácidos, vitamina C y D, y omega 3 pueden paliar parcialmente este efecto.
Fotoenvejecimiento cutáneo.
La mala calidad crónica del sueño está asociada con el envejecimiento de la piel y respuestas exageradas de la piel a factores de estrés. Además se ha sugerido que hay una disminución de su capacidad defensiva frente a la radiación ultravioleta.
Dermatosis crónicas y trastornos del sueño.
El sueño en la dermatitis atópica, además de tener menor duración, es de menor calidad en los estudios de polisomnografía. Esto es debido al intenso picor (prurito) que sufren algunos pacientes, que les lleva a rascarse por la noche, mientras duermen. Se sabe que lo hacen durante todas las fases del sueño, pero es más frecuente en las fases iniciales del sueño No REM, el reparador.
De hecho, recientemente se ha descrito la melatonina como tratamiento adyuvante en algunos pacientes atópicos, ya que podría contrarrestar los factores estresantes ambientales y endógenos, regular la respuesta inmunológica y disminuir el estrés oxidativo, promoviendo la integridad de la piel, aunque aún son necesarios más estudios al respecto.
La psoriasis también puede causar insomnio de conciliación y de mantenimiento debido a los síntomas de la enfermedad, el picor y la incomodidad de la piel. En estudios animales, la deprivación de sueño agrava la inflamación en la psoriasis.
Aunque el mecanismo aún no es del todo conocido, las alteraciones neuro endocrinas y metabólicas asociadas a esta deprivación crónica podrían actuar agravando el proceso inflamatorio cutáneo.
¿Cómo mejoramos nuestro sueño?
Las medidas de higiene del sueño son una serie de recomendaciones acerca de conductas y hábitos deseables, así como modificaciones de las condiciones ambientales y otros factores relacionados, encaminados a mejorar la calidad del sueño de las personas que ya padecen de un trastorno del sueño como el insomnio, o que pueden emplearse como medidas para prevenir una alteración del sueño.
Aunque no existe un consenso mundial acerca de cuáles deben ser estas medidas de higiene del sueño, de forma general podemos considerar las siguientes :
- Establecer un horario regular para irse a dormir y despertarse.
- Si tiene la costumbre de tomar siestas, no exceder los 45 minutos de sueño diurno.
- Evitar la ingestión excesiva de alcohol 4 horas antes de acostarse, y no fumar.
- Evitar la cafeína 6 horas antes de acostarse. Esto incluye café, té y muchos refrescos, así como chocolate.
- Evitar los alimentos pesados, picantes o azucarados 4 horas antes de acostarse.
- Hacer ejercicio regularmente, pero no justo antes de acostarse.
- Usar ropa de cama cómoda y acogedora.
- Encontrar una configuración de temperatura de sueño cómoda y mantener la habitación bien ventilada.
- Bloquee todo el ruido que distrae y elimine la mayor cantidad de luz posible, incluidas las pantallas.
- Reserve su cama para dormir y el sexo, evitando su uso para el trabajo o la recreación general.
“Únete al mundo del sueño, conserva tus ritmos para disfrutar la vida”