En los últimos años se ha producido un creciente interés por la vitamina D, no solo por su papel en el metabolismo mineral y óseo, sino también por sus efectos extraesqueléticos y por la elevada prevalencia de déficit de vitamina D en la población. Esta vitamina, también llamada colecalciferol o “vitamina del sol”, es necesaria para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo en muchos sentidos. Su función mejor conocida es la relacionada con el metabolismo de los huesos, ya que es necesaria para regular nuestro nivel de calcio en la sangre y los huesos, favoreciendo su crecimiento y mantiene su estructura.
Además, en los últimos años se han encontrado otras funciones, como su implicación en nuestro sistema inmune ejerciendo influencia en la función de los linfocitos y otras células de dicho sistema.
Nuestro cuerpo puede obtener vitamina D desde dos fuentes:
LA DIETA:
Pocos alimentos contienen vitamina D, así que la proporción que obtenemos por esta vía es baja. La vitamina D está presente sobre todo en las grasas de ciertos pescados (aceite de hígado de bacalao, salmón, sardinas, …) así como, en menor cantidad, en ciertos alimentos suplementados (mantequilla, leche, yogures, cereales…). Se recomienda una ingesta diaria de 600-800 UI de vitamina D.
LA PIEL:
Obtenemos la mayoría de vitamina D a través de síntesis en la piel por efecto del sol.
La vitamina D pasa a la sangre desde el intestino o la piel, es llevada al hígado, donde sufre una primera modificación. De ahí, a través de la sangre, llega al riñón, donde ocurre una segunda modificación que la activa para que desarrolle su función.
El déficit de vitamina D causa raquitismo en niños y osteoporosis en adultos. En los últimos años se han encontrado otras asociaciones. Por ejemplo, se ha visto que es más frecuente encontrar niveles de vitamina D bajos en personas con enfermedades autoinmunes (esclerosis múltiple, diabetes mellitus, etc..), hipertensión, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Además, están emergiendo estudios que hablan de los beneficios de altas dosis de vitamina D en la evolución de patologías con el vitíligo , psoriasis y otras enfermedades autoinmunes, aunque es necesario ampliar la investigación al respecto.
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